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Luces y sombras: Sobre nuestra fascinación con la tecnología

En la mitología Griega, se dice que Hera (la esposa de Zeus) dio a luz a un hijo que llamó Hefesto quien con el tiempo se convertiría en el dios de la tecnología. Dicho hijo no fue concebido junto con Zeus, sino solo por Hera. A su vez Zeus había dado vida a Atenea la diosa de la sabiduría.

Hefesto nace pues, en reacción y oposición al nacimiento de Atenea, sin embargo era tan feo y maltrecho que su madre se deshizo de él y lo echó del Olimpo sin importarle su suerte. El desafortunado hijo sobrevivió y se convirtió en un creador de instrumentos, objetos y criaturas diversas. Pasado el tiempo Hefesto tuvo la oportunidad de vengarse de su madre fabricando un hermoso trono de oro al que Heda no pudo resistir, pero del que no pudo volver a levantarse una vez que se sentó en el. Hefesto fue admirado y adorado por sus creaciones, pero también temido por el sufrimiento que estas podían causar. Su esposa, Afrodita la diosa de la belleza, le engañó con Ares el dios de la guerra. Hefesto les castigó y humilló, pero finalmente ella huyó con su amante. Quedándose solo, Hefesto continuó con sus creaciones, las cuales fueron robadas por Prometeo quien se las entregó a los hombre. Esto ocasionó la furia de Zeus quien le pidió a Hefesto una nueva creación. Dicha creación era una mujer a la que llamó Pandora, ella tenía una vasija con todos las desgracias que azotan a la humanidad. Finalmente Hefesto intentó violar a su hermana Atenea, y sin lograrlo su semen cayó al suelo dando vida a una nueva creación que no era ni dios ni humano; era el rey Erictonio con cuerpo de serpiente quien enloqueció a sus cuidadoras precipitándolas a su muerte. La leyenda de Hefesto habla de lo profundo del ser humano y de su fascinación por la tecnología. Sin embargo, como el mito lo señala, esta fascinación no está exenta de sufrimiento y desgracias. La leyenda nos enseña como Hefesto logra creaciones de enorme belleza y utilidad, pero que conllevan sufrimiento y corrupción como son las desgracias que azotan a la humanidad y la perversión o violación de la sabiduría. La leyenda griega tiene hoy más vigencia que nunca, pues nuestra estrecha relación con las tecnologías nos invita a cuestionarnos cuáles son los riesgos y las posibles consecuencias que conllevan dichas herramientas por las cuales sentimos tanta fascinación. Las redes sociales, los teléfonos “inteligentes”, las computadoras y todos los demás dispositivos que forman parte de nuestra vida diaria tienen tanto luces como sombras. Su presencia en nuestras vidas ha permitido que nos contactemos intercontinentalmente en tiempo real a través de video conferencias. Tenemos acceso como nunca antes a libros, revistas, journals y un sinfín de información y conocimientos como ninguna generación previa lo tuvo jamás. Entretenimiento, desarrollo de habilidades, avances científicos, clases en línea, terapia en línea y muchas otras cosas más son parte de las luces que las tecnologías contemporáneas han traído a nuestras vidas.

Pero en el quehacer humano no hay nada totalmente bueno ni totalmente malo. Nuestras acciones, así como nuestras invenciones, son monedas de dos lados. Las sombras de las redes sociales y de las tecnologías radican en su adicción, que como a Hera no nos permiten "levantarnos del trono”. Nos hacen obsesionarnos con su belleza y su increíble contenido, como le sucedió a Prometeo, pero al final nos llevan a las desgracias de Pandora como lo son los millones de personas obsesionadas o adictas a las redes sociales, los efectos devastadores que en los niños, adolescentes y adultos está trayendo la pornografía que ha inundado la red, o las psicopatologías que hoy los niños están desarrollando por la amplia exposición a los dispositivos. Pero quizá el peor de los daños que la tecnología ha traído es la fallida violación de Hefesto a su hermana Atenea, es decir, nuestra creencia de que el avance tecnológico es un reflejo de nuestro avance como sociedad, un avance en la sabiduría de la humanidad cuando en realidad es un intento fallido de poseerla. Las luces y las sombras de las redes sociales y las tecnologías, representan un beneficio y a su vez un riesgo mayor para las generaciones más jóvenes. Los niños y los adolescentes de hoy tienen la difícil tarea de crecer en un mundo hipertecnológico donde a la velocidad de un botón pueden acceder a un sinfín de contenidos, tanto positivos como negativos. Pueden experimentar la cercanía y la amistad con personas a cientos de miles de kilómetros de distancia así como también pueden experimentar el riesgo de acercarse a un pedófilo encubierto sin que sus padres siquiera lo sospechen. Pueden acceder a la biblioteca más grande de la historia y nutrirse del conocimiento adquirido a través de miles de generaciones, como también perderse en la procrastinación que promueven los navegadores, los videojuegos y las redes sociales. Para los papás de los niños y de los adolescentes de hoy resulta de vital importancia comprender a fondo cómo opera nuestro cerebro frente a las tecnologías contemporáneas y por qué es tan susceptible de apegarse a ellas. También es vital que aprendan los beneficios y los riesgos que existen en las redes y el ciberespacio, así como las estrategias y las herramientas que les permitan promover en sus hijos un uso positivo y constructivo de estas tecnologías. Los papás que se informan y se preparan para tal tarea cumplen con la importante función de cuidar a sus hijos y de promover su sano crecimiento. Tanto en mis libros como en mi seminario en línea bajo demanda abordo este y otros temas que serán de gran ayuda para los papás en la formación de sus hijos. Te invito a adquirir mis libros y mi seminario en línea bajo demanda:

Dr. Mario Guzmán Sescosse


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